
Esta es la situación a la que día a día se enfrentan los comerciantes de la frontera entre Colombia y Venezuela, donde las limitaciones son cada vez más grandes, y las oportunidades más escasas. Es así como la crisis diplomática entre estas dos naciones ha llevado a debilitar no sólo ambas economías, que han caído hasta en un 85%, sino también ha alterado los niveles de vida de las personas que se benefician con dicha actividad.
En esta problemática comercial parecería que una de las dos naciones saliera victoriosa, sin embargo, ambos países se ven perjudicados por los terribles factores que azotan a sus respectivas economías. En el caso de Venezuela, la Guardia Nacional ha impedido el paso de más de 3.600 toneladas de mercancía a Colombia y ha detenido la salida de 100 mil litros de gasolina a esa zona de la frontera, lo que ha sido un verdadero dolor de cabeza para los consumidores. ''Es un conflicto entre los acomodados (Uribe y Chávez), pero venimos a pagar eso nosotros. Es algo que no entiendo'', comentó Ofelia Sepulveda, una vendedora colombiana de Ureña, quien denunció que el pasado fin de semana la Guardia Nacional le incautó dos paquetes de harina y tres kilos de azúcar cuando intentaba pasarlos hacia Cúcuta donde tiene su vivienda[2]. Lo más normal de esta restricción es que si se deja de abastecer a Colombia, Venezuela contaría con mayor cantidad de productos que se venderían a precios más bajos; sin embargo, esto no sucede así, pues en el Estado de Táchira los alimentos básicos han encarecido porque aproximadamente el 30% de estos proceden de Colombia y ahora es más difícil llevarlos al territorio venezolano.

Por otro lado, en el caso de Colombia la situación parecería a simple vista alentadora, pues habría una mayor competitividad de los productos nacionales y se acabaría con el contrabando que procede desde Venezuela. Sin embargo, en las áreas fronterizas como Cúcuta, Arauca, Guajira y Cesar la situación no sería la mejor, ya que el nivel de vida encarecería debido a los productos indispensables de la canasta familiar que provengan del vecino país, además se incrementarían los niveles de desempleo y se deterioraría los mercados de cuero y sus derivados.
Aunque esta situación pareciera no afectar a Colombia, las zonas fronterizas sí sufren los efectos de dicha problemática comercial, lo que llevaría quizás a largo plazo a afectar la economía colombiana, que en cualquier momento necesitaría no sólo a Venezuela como proveedor de alimentos, combustible y empleo, sino también como fuente de ingresos económicos.
En Venezuela, los controles en el tránsito de mercancía que se adoptaron para acabar con el contrabando han alejado a los compradores del Táchira que venían de Cúcuta. Al igual que Táchira, Ureña es una zona de vital importancia en la frontera, ya que entre los dos acumulan el 40% del comercio binacional. En Táchira la afluencia de personas a los puestos comerciales es poca, los productos se venden con un 50% de sobreprecio y los alimentos son escasos. Desde este punto, donde Venezuela controla la mercancía, el país bolivariano se ve realmente afectado, pues a pocos metros, en San Antonio (Colombia), los contrabandistas venden grandes cantidades de gasolina, lo que según la prensa venezolana ha evidenciado las fallas de la operación de éste país.
Finalmente, ahora que las relaciones diplomáticas tomaron otro rumbo, la frontera se ha vuelto a abrir, y tal como afirmó Juan Carlos Gaitán, presidente de la Junta Directiva de la Federación Nacional de Comerciantes -seccional norte de Santander y Arauca-, no hubo tantas pérdidas sino más bien un estancamiento, en el cual los sectores más perjudicados fueron los del transporte y la caña de azúcar. "Hay que insistir en diferenciar lo que es comercio exterior registrado que es el que funciona en el interior de cada país hacia el otro país y diferenciarlo del comercio fronterizo que no es registrado y es el que compra el habitante de frontera de uno y otro lado, en ese sentido, las pérdidas del comercio venezolano fueron muy altas y en el caso de Colombia hemos resultados más bien beneficios por la situación de desabastecimiento en Venezuela".[3] Añadió Gaitán.

WEBGRAFÍA
BARRERA, Cristina. El “Paquetazo” venezolano y la frontera colombiana. En: Revista Colombia Internacional. [en línea]. No.05 (2007).
PÁRRAGA, Marianna. Trabas en frontera colombo-venezolana jaquean la seguridad alimentaria. En: Terra Magazine [en línea]. (feb.,2008) <
SÁNCHEZ, FABIOLA. Controles venezolanos derrumban comercio fronterizo con Colombia. En: El Nuevo Diario [en línea]. (ene.,2008) <http://elnuevodiario.com.ni/internacionales.7161> [Citado en 15 de marzo de 2008].
Satisfacción por reapertura de frontera Colombo-Venezolana. En: Novacolombia [en línea]. (mar.,2008) <http://www.novacolombia.info/nota.asp?n=2008_3_12&id=43439&id_tiponota=7> [Citado en 17 de marzo de 2008].
Tomado de http://es.youtube.com/watch?v=HmXvZnauAa0 [Citado en 19 de mayo de 2008].